Beneficios
El ajo negro es antioxidante porque es muy rico en vitamina C y contiene entre 5-7 veces más polifenoles que el ajo blanco. “La ventaja de los antioxidantes es que reducen la acción de los radicales libres, moléculas que favorecen el en envejecimiento prematuro de las células del organismo”, explica Carmen Escalada, nutricionista clínica del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO). “Por lo tanto, el ajo negro retrasa el envejecimiento celular y la aparición de enfermedades degenerativas y crónicas”.
Ensayos clínicos que demuestran que el ajo mejora la circulación sanguínea, reduce la tensión arterial, disminuye la agregación plaquetaria y ayuda a controlar los niveles de colesterol sanguíneos. Estos beneficios están relacionados con su aporte de alicina y de ajoenos.
Las sustancias vasodilatadoras que contiene el ajo negro también pueden influir y ayudar a reducir los dolores de cabeza y las migrañas.
“Si la sangre no puede circular la sangre por las arterias se produce un aumento de la presión arterial. En determinados casos, las causas de los dolores de cabeza son esa presión, por lo que conseguimos mejorar toda la circulación, las migrañas van a mejorar o se van a reducir su intensidad”, añade Escalada.
Algunos estudios han demostrado que la mezcla de sus componentes (en especial alicina, ajoenos y trisulfuro de dialilo) actúan frente a bacterias responsables de algunas infecciones y también incluso contra algunos tipos de hongos como la cándida.
algunas investigaciones in vitro e in vivo indican que el ajo potencia el sistema inmunitario, en concreto, aumenta la proliferación de linfocitos (un tipo de glóbulos blancos que luchan contra las infecciones) y del interferón gamma.
Por último, la portavoz de Addinma, especifica que, aunque aún es pronto para sacar conclusiones y los estudios se han realizado principalmente con animales, “parece que la compleja y completa composición del ajo modula la actividad de ciertas enzimas oxidativas y repara el ADN previniendo el daño cromosómico, por lo que podría prevenir algunos tipos de cánceres como el de colon, mama o el gástrico”.
Aunque el ajo negro tiene muchos beneficios, Escalada recuerda que las personas intolerantes al ajo blanco también lo son al negro, y que debe evitarse su consumo en aquellas personas que tengan problemas de coagulación o que vayan a pasar por quirófano. Además, puede interaccionar con determinados medicamentos, fundamentalmente anticoagulantes, como la heparina o la warfarina porque aumenta la acción de estos fármacos y puede favorecer la aparición de hemorragias, según León.
“En el caso de preparados a base de ajo blanco o negro, es decir, productos de fitoterapia con concentrado de ajo o de sus componentes, tampoco están indicados en mujeres embarazadas o en lactancia ya que se le atribuyen efectos abortivos, desórdenes del ciclo menstrual y alteración del sabor y el olor de la leche materna, por lo que los lactantes la podrían llegar a rechazarla. Pero sí pueden consumir ajo blanco o negro en cantidades moderadas en preparaciones culinarias.